Mesura, libertad de tono y descanso los martes: León XIV asienta su estilo
Sobriedad en público, descanso los martes, y libertad de tono en sus declaraciones a la prensa: León XIV, que se dispone a celebrar su primera Navidad como papa, continúa imprimiendo su estilo, hecho de determinación y prudencia.
Desde su elección como jefe de la Iglesia católica el 8 de mayo, Robert Francis Prevost, estadounidense y peruano, se ha visto ante el reto de suceder al carismático papa Francisco, conocido por su personalidad expansiva y por romper a menudo los códigos.
En cuestiones de fondo, el papa agustino se inscribe en la continuidad con su predecesor jesuita, al apostar por la defensa de los migrantes, la justicia social y el diálogo entre religiones.
Pero el poder temporal del Vaticano se toma su tiempo también. Y en ese sentido, sus nombramientos de gran calado han sido escasos, aún no se ha instalado en los apartamentos pontificios, y su agenda se ha visto en buena medida acaparada por los actos del Jubileo.
A nivel internacional, León sólo ha hecho un viaje fuera de Italia (Turquía y Líbano), que permitió no obstante desvelar claramente sus diferencias con Francisco en lo relativo a la forma.
Pese al fervor con que fue recibido en Líbano a inicios de diciembre, León XIV se guardó de mostrarse demasiado efusivo. Leyó sus discursos sin salirse del guión, y saludó con sobriedad a los fieles, manteniéndose muy contenido incluso durante los baños de masas.
"El papa comunica por la forma como viste su cuerpo, por los gestos, las señales", comenta a AFP Roberto Regoli, sacerdote italiano y profesor de la universidad pontificia gregoriana de Roma.
Y si bien "el estilo de Francisco etaba muy vinculado a la palabra" y a la improvisación, León XIV transmite más bien sus emiciones "con el rostro y su mirada penetrante", dice Regoli.
"No es una persona que impone su presencia", añade el sacerdote italiano, que ve al pontífice como una personalidad "suave" y "muy segura".
- "Seguro de sus ideas" -
Desde los primeros meses de su pontificado, el jefe de la Iglesia católica ha retomado una tradición que había sido abandonada: el descanso semanal que se otorga cada martes en Castel Gandolfo, la residencia estival de los papas, cerca de Roma.
Allí cuenta León XIV que reparte su tiempo entre tenis, natación, lectura y llamadas telefónicas.
"Todos deberían hacer ejercicio, por el cuerpo y por el alma. Me parecde que es muy beneficioso", sostiene.
Al salir, el pontífice ha tomado el hábito también de responder a las preguntas de los periodistas. Un método de comunicación transparente y riguroso, allí donde Francisco, en cambio, era más adepto de las entrevistas exclusivas con tal o cual medio. León sólo dio una entrevista exclusiva en estos siete meses que lleva en el cargo.
En las últimas semanas mostró incluso una libertad de tono inesperada, al comentar las decisiones de su compatriota Donald Trump.
León XIV, que durante dos década trabajó como misionero en Perú y ha mostrado una sensibilidad particular hacia Latinoamérica, denunció el trato "extremadamente irrespetuoso" hacia los migrantes en Estados Unidos.
"No esquiva las preguntas. Dice lo que piensa, porque está seguro de sus ideas y de su gestión", destaca Roberto Regoli.
"Es realmente un jefe de Estado moderno. Concibe que un papa pueda expresarse de manera informal respecto a temas que no atañen a su magisterio", abunda una fuente vaticana, que prefiere el anonimato.
Sus dotes de políglota le dan un alcance amplio, además.
Además de su inglés natal y el italiano de rigor en el Vaticano, domina el español, que empleó el mismo 8 de mayo la primera vez que se dirigió a los fieles tras su elección. Igualmente habla francés, una lengua que utilizó para dirigirse a los fieles durante su visita a Líbano.
- Reloj conectado -
En los pasillos del palacio apostólico, muchos se felicitan de un cierto regreso al orden y del respeto a las vías oficiales, así como de una gobernanza metódica y del sólido conocimiento de los temas que tiene León XIV.
"Su timidez es también un método de trabajo evangélico: respetar a las personas. Porque con Francisco, no siempre era el caso", confía a AFP una fuente diplomática.
El jesuita argentino era famoso por su carácter a veces volcánico, en privado, y podía prescindir de un colaborador de un día para otro.
Y aunque confía llevar sólo "calcetines blancos" (un guiño a los White Sox, su equipo de béisbol de Chicago), León ha recuperado una cierta solemnidad en su código vestimentario, al reintroducir elementos litúrgicos abandonados por Francisco, como la muceta roja o las estolas bordadas en oro.
Un detalle, no obstante, llama la atención: su reloj conectado, de una famosa marca estadounidense, que lleva en una muñeca y que deja ver a veces bajo los encajes blancos de la manga.
(V.Blanchet--LPdF)