Le Pays De France - Puerto de Adén refleja las heridas de la prolongada guerra de Yemen

Paris -
Puerto de Adén refleja las heridas de la prolongada guerra de Yemen
Puerto de Adén refleja las heridas de la prolongada guerra de Yemen

Puerto de Adén refleja las heridas de la prolongada guerra de Yemen

Casas con agujeros de bala, edificios convertidos en escombros e incontables retratos de "mártires": tras siete años de guerra civil en Yemen, la capital interina de Adén exhibe las heridas de un conflicto que no da señales de acabar.

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Aunque Adén actualmente está relativamente estable, la economía de la histórica ciudad portuaria quedó de rodillas.

Los servicios de agua y electricidad son intermitantes para una población que, según datos oficiales, se ha triplicado a más de 3 millones por las personas que llegan en busca de un sitio seguro.

Ahmed Lamlas, gobernador de Adén, dijo que el inicio de la guerra en 2015 fue un "desastre" que dejó su infraestructura "en ruinas".

"Seguimos sufriendo los impactos de la guerra", aseguró Lamlas, quien apenas escapó de un ataque con coche bomba en octubre.

Yemen tiene una larga historia de guerra civil, y estuvo dividido en Norte y Sur hasta 1990.

El brutal conflicto reinició cuando rebeldes hutíes apoyados por Irán lanzaron una campaña militar para tomar el poder en 2014, tomando grandes partes del territorio en el norte, incluida la capital Sanaa.

- Intervención saudita -

El año siguiente, luego de que una coalición militar encabezada por Arabia Saudita intervino en apoyo del gobierno reconocido internacionalmente, los insurgentes llegaron a las puertas de Adén.

Dominaron por unos meses antes de ser expulsados por fuerzas gubernamentales.

Ocasionalmente hay violencia en la sede temporal del gobierno, cuyas tropas enfrentaron a los separatistas del sur antes de alcanzar un acuerdo para compartir el poder.

Las banderas del antiguo Yemen del Sur aún se encuentran en las calles de Adén, donde el Consejo Transicional del Sur tiene mucha influencia, con puestos de control por doquier.

Y si la guerra civil y la lucha por la ciudad no bastasen, Adén también ha sido blanco de bombardeos reivindicados por el grupo Estado Islámico.

A lo largo de la cornisa de Adén hay un gran retrato del exgobernador Jaafar Saad, quien murió en un coche bomba reivindicado por el grupo yihadista en 2015.

"Adén no te olvidará", se lee en su mensaje.

- Cicatrices de guerra -

En el aeropuerto, un agujero abierto en la terminal de llegadas le recuerda a los visitantes de un ataque con misiles contra miembros del gabinete en 2020, una especie de memorial para los al menos 26 muertos en el hecho.

A lo largo de Yemen, cientos de miles han muerto, directa o indirectamente, y millones han sido desplazados por la guerra, que ha dejado a 80% de la población necesitada de ayuda alimentaria.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió el miércoles que Yemen está expuesto a una "catástrofe", al hablar en una conferencia de donantes que recaudó menos de un tercio del dinero requerido.

La cantidad de personas con hambre deberá multiplicarse por cinco este año, a 161.000.

Lamlas indicó que la presión ha sido costosa para los habitantes de Adén.

"Las condiciones de vida han afectado psicológicamente a la gente", comentó Lamlas, quien aseguró que "Adén se mantiene firme y volverá a la vida".

Los habitantes de Adén luchan por adquirir bienes esenciales en medio de una inflación descontrolada.

Ammar Mohamed, un vendedor de pescado de 52 años, lucha por ganarse la vida porque pocos en la ciudad pueden comprarle.

"Solo quienes tienen dinero pueden comprar pescado", admitió. "Todo era más barato antes de la guerra".

- Sin internet o teléfono -

Una tranquila noche de viernes, algunas familias yemeníes se dirigieron a un balneario costero, una de las pocas áreas recreativas de la ciudad.

"Tengo experiencia laboral en hoteles, maquillaje y contabilidad", dijo a AFP Abeer, una mujer de 31 años, mientras fumaba shisha y cigarrillos electrónicos con dos amigas.

"Los salarios son bajos, la situación es difícil y estoy luchando por llevar una vida digna", manifestó, señalando que las amistades y las bromas la animan a seguir adelante.

"No hay internet, red telefónica, no hay nada. Necesitamos agua, gas y gasolina, pero al menos nos reímos", agregó.

Muchos en Adén culpan al gobierno por el deterioro de la ciudad, y algunos expresan el deseo de que se convierta en un estado sureño independiente.

Yemen del Sur fue un país independiente de 1967 --cuando se retiraron las fuerzas coloniales británicas, abriendo el camino para la creación de un gobierno comunista de partido único-- hasta 1990.

Un nuevo intento de separarse en 1994 provocó una breve guerra civil que concluyó cuando las fuerzas del norte y sus milicias aliadas ocuparon el sur.

"No queremos unirnos a los hutíes en el norte (...) pero en Saná hay más seguridad y hay electricidad. Aquí no hay nada", sostuvo Abeer.

(L.Garnier--LPdF)